A todos los que habéis acudido a una obra de teatro, seguro que os ha llamado la atención ese característico manto de humo blanco, típico también de las películas de terror. Pues bien, el “culpable” de ese efecto ambiente es el hielo seco que, en contacto con el agua, genera ese vapor tan llamativo. Pero, ¿sabías que además se utiliza en el sector de la limpieza criogénica para la eliminación de residuos? 

En este post, te contamos cómo el hielo seco (o lo que es lo mismo, dióxido de carbono en estado sólido) es capaz de hacer saltar por los aires la suciedad, basándose en la proyección de CO2 congelado a alta presión. ¡Comenzamos!

Hielo seco: un compuesto “todoterreno”

Además de estar presente en obras de teatro o escenas de terror, el hielo seco resulta tremendamente útil en otros escenarios. De hecho, se utiliza en el transporte de muestras congeladas de alimentos o medicinas, en la elaboración de recetas de cocina de vanguardia, e incluso en coctelería, consiguiendo esas reacciones burbujeantes que todos conocemos.  

Pero si hay un sector en el que el dióxido de carbono en estado sólido presenta una utilidad asombrosa, ese es el de la limpieza criogénica industrial.  

 

El ingrediente secreto para “romper” con los residuos 

Como hemos adelantado, el hielo seco es capaz de hacer estallar la suciedad de las superficies. Y lo hace a través de la proyección a chorro de dióxido de carbono en forma de pellet a temperaturas que alcanzan los -78 grados. 

Pero, ¿por qué es tan eficaz en la eliminación del residuo? Pues bien, este sistema de limpieza consigue congelar la suciedad de superficies complejas, como pueden ser los cuadros eléctricos, la maquinaria industrial alimentaria o las instalaciones de combustibles fósiles. 

En definitiva, la limpieza criogénica consigue acabar con restos tan difíciles de eliminar como son los aceites, las pinturas o los biofilms, congelándolos. Como resultado, la capa de suciedad se contrae (lo mismo sucede con el agua cuando se congela), y se producen microexplosiones, desprendiéndose fácilmente gracias a un cambio de estado de líquido a sólido. 

 

Ventajas de la limpieza criogénica 

Como prescinde del agua, la limpieza criogénica no deja residuo de humedad. Además, se trata de un proceso no abrasivo y no inflamable, de modo que no existe riesgo de incendio en el tratamiento de piezas eléctricas. 

Sin duda, el hielo seco es una estupenda alternativa a la limpieza manual con productos químicos, por lo que se presenta como un medio rentable, pero también respetuoso con el entorno. 

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